Los peligros eminentes y desconocidos de los efectos sobre el medio ambiente, en nuestras costas, puede causar las aguas de lastre, de los barcos de carga que recorren el mundo, que trasladan grandes volúmenes de agua de mar de un lugar a otro, y estás aguas de mar traen consigo, todo tipo de contaminación marina, como son: agua, especies y enfermedades desconocidas.
Chile por su condición geográfica, cercado al Este por la Cordillera de Los Andes y al Norte por el desierto más árido del mundo y al Sur y Oeste, por mar, el Océano Pacífico, el más grande del planeta, hacen que nuestro país sea esencialmente insular y en consecuencia su dependencia de las comunicaciones marítimas es absoluta y de innegable valor estratégico.
Se suma a lo anterior el hecho que Chile tenga más de 4.700 Kilómetros de costa, que comprende zonas costeras completamente abiertas al Océano Pacífico, hasta las aguas interiores, existentes de Puerto Montt el Sur, más conocidas como Zona de los Canales, lugar de aguas protegidas.
Los barcos o naves mercantes, casi siempre llevan agua de lastre cuando no están llevando carga y a esta condición se le conoce, en términos náuticos, como navegar en "lastre". Se ha establecido que se pueden encontrar, como promedio, en aguas de lastre tomadas en zonas costeras, entre 3.000 y 4.000 especies diferentes transportadas en un barco. Se debe tener presente que muchas de estas especies pueden sobrevivir al especial confinamiento que impone un tanque de lastre, ya sea por días o varios meses, lo cual hace de este transporte no deseado, un vector para el traslado de especies exóticas de un lugar a otro en el mundo.
Al momento que una nave, procedente del extranjero recala a puerto, se debe proceder con la recepción, es decir, el acto por el cual la Autoridad Marítima verifica que los documentos y las condiciones de seguridad de la nave están en orden, y fija las normas a que deberá sujetarse en su ingreso y durante su permanencia en puertos nacionales.
El trámite de la recepción a bordo de la nave, constituye un acto administrativo, que implica la verificación física de los documentos que el Capitán de la Nave presenta a las diversas Autoridades y debe dar respuestas sobre las consultas que se le efectúan.
En el caso de las aguas de lastre, el Capitán de Puerto debe verificar si la nave trae agua de lastre, en qué cantidad, su ubicación y si deslastrará estando en puerto. En caso de ser afirmativa la respuesta, el Capitán de la nave deben entregar los registros que permitan verificar si se efectuó el cambio del agua de lastre a lo menos una vez durante la navegación y a más de 12 millas náuticas de la costa chilena, tal como lo establece la Resolución Ordinaria DGTM. MM. N° 12600/1, del 22 de Octubre de 1999, vigente a la fecha. El Capitán de Puerto debe verificar los documentos oficiales de la nave, como son su bitácora o libro de navegación, libro de registro de lastres de la sala de máquina, etc., objeto determinar claramente si se efectuó cambio en alta mar, la latitud y longitud de donde comenzó, (posición inicial) latitud y longitud de donde dio término al cambio (posición final). Estos antecedentes son requeridos por cada tanque de aguas de lastre que posee la nave y que solicitan ser deslastrados en puerto.
Si el Capitán de Puerto, la Autoridad Competente, tiene dudas sobre referido a los registros presentados, deberá efectuar una inspección visual y ver las aguas de lastre son "limpias" al momento de la descarga y no deja rastros visibles de hidrocarburos en el agua o las proximidades de la descarga.
La probabilidad de una especie introducida se pueda establecer en nuevas regiones y generar problemas ambientales, depende de varios factores, principalmente relacionados, principalmente de las condiciones de la zona de descarga (receptora), habiendo más especies que tiene más probabilidad de arraigar cuando las condiciones son parecidas a las de su procedencia, como por ejemplo la salinidad y temperatura. Los estudios realizados indican que normalmente menos del tres por ciento de las especies transportadas llegan a establecerse en las nuevas regiones, pero tan sólo una especie depredadora podría dañar gravemente el ecosistema local.
Se suma a lo anterior factores adicionales como el clima, número de especies introducidas (tamaño de población del fundador), los competidores nativos y la disponibilidad de comida. Por consiguiente, si el puerto de lastrado (carga) y el puerto de deslastrado (descarga) son ecológicamente comparables, el riesgo de una introducción de la especie exótica es relativamente alto. Las observaciones han demostrado que los organismos no necesitan ser pestes dañinas para causar un severo perjuicio. Algunos invasores afectaron a la flora y fauna nativa compitiendo por la comida, hábitat y otro recurso. El peor caso ecológico que se puede dar, es el reemplazo de una especie nativa causado por el invasor exótico. Esto no sólo puede afectar "sólo" a una singulariza especie, que haya sido recientemente extinta, también puede afectar a cualquier otro organismo dependiente del extinto, que veía en él una fuente de comida o hábitat. Como resultado de la cadena alimenticia un cambio puede afectar a toda la cadena trofica.
Los traslados de grandes volúmenes de agua de mar de un lugar a otro, ha sido y es un problema que internacionalmente ha acaparado la atención de numerosos países y organismos como las Naciones Unidas, que a través de la Organización Marítima Internacional (OMI), dedica grandes esfuerzos a su control y mitigación de los efectos perjudiciales que estas causan u originan en el medio marino donde son vertidas. En Chile la Autoridad Marítima, representada en la Armada de Chile por la Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante (DIRECTEMAR) hace y deberá seguir haciendo, grandes esfuerzos para dar solución a este problema, el cual requiere la directa participación de un sinnúmero de personas, de las más diversas especialidades y a lo largo de todo el país.
Los Barcos de Pasajeros Mercantes, Contaminan todos los puertos del Mundo.
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