Sueldos de los políticos chilenos: ¿son las elecciones un botín rentable? Gasto electoral Aspirantes a La Moneda y el Congreso. El Presidente gana $68 millones brutos anuales, los senadores y diputados perciben una renta de $63 millones y $60 millones, respectivamente. ¿Estos sueldos compensan el gasto electoral previo?

Quien haya recorrido las principales calles santiaguinas en los últimos días, más de una vez se debe haber preguntado, mareado con tanta "paloma" y avisos, si vale la pena todo el gasto electoral que realizan los candidatos por llegar a la meta. Y es que las elevadas cifras invertidas en las campañas, que en el caso de los candidatos al Congreso promedian los $50 millones, pueden hacer tambalear los patrimonios de los aspirantes. "Hace poco hablé con un amigo que me contó que vendió su parcela y su auto para financiar su campaña como diputado", cuenta un político.


Casos como este no son una excepción. Y la pregunta que surge es si aparte de la satisfacción de alcanzar una posición que les permitirá servir a la comunidad y la adrenalina que viene con el poder, ¿hay también un cálculo económico en que cada aspirante a un cargo de elección popular tome en cuenta el sueldo o dieta que recibirá mientras ejerce? Más que mal, el Presidente de la República percibe una renta bruta mensual de $5.762.690, según los últimos datos de la Contraloría General de la República. En tanto, los senadores reciben $5,3 millones brutos por mes, mientras que la remuneración de los diputados bordea los $5 millones.


¿Vale la pena endeudarse?


Hagamos un ejercicio. Si un candidato a senador invierte $50 millones en su campaña y es elegido, puede disponer de ocho años para pagar un eventual crédito por ese monto. Si el crédito es a una tasa de 6% anual, pagaría cerca de $700 mil mensuales al banco, con lo cual su renta se reduce desde un bruto de $5,3 millones a $4,6 millones, cifra a la cual puede agregar la subvención que recibe para transporte sin rendición de cuentas ($1,15 millón más por mes) y el uso de un automóvil. Si este último se asimila a un ingreso de unos $300 mil por mes (tomando en cuenta que no requiere un vehículo propio que se deprecia a por lo menos 15% anual), el senador contaría con unos $7 millones por mes, claro que incluyendo el costo de los viajes a sus oficinas en la región que representa y sin descontar los montos correspondientes a impuestos, AFP e Isapre.


Puede ser que le parezca atractivo, pero no hay que olvidar que la inversión no es segura porque, obviamente, para que el cálculo resulte bien, el candidato debe ser elegido en las urnas. Si no, termina endeudado y sin dieta parlamentaria. Más exigente es la situación para un diputado, porque en su caso tiene sólo cuatro años (hipotéticos) para pagar su crédito y porque su dieta y otros ingresos son menores. Y aunque, seguramente, gastará menos que un candidato a senador en la campaña también es una inversión sujeta a riesgo, considerando que los cupos para la Cámara son bastante menos que los aspirantes a llenarlos. "Y es que los que no salen terminan con un forado que ni te cuento", grafica Pablo Lorenzini, quien se presenta a la reelección como diputado.


En el caso del Presidente de la República, la situación es distinta y el cálculo económico parece no dar. Las cifras invertidas en una campaña presidencial pueden alcanzar fácilmente varios millones de dólares, aunque ninguno quiera reconocerlo oficialmente. Frente a eso, el sueldo que gana el que es elegido suena bastante reducido: $5,7 millones brutos por mes. Es decir, unos $68 millones por año. Es que en la carrera presidencial, los candidatos reciben el apoyo financiero de los partidos que representan, los que a su vez tienen derecho a recursos fiscales según la votación obtenida en la elección parlamentaria precedente. Además, tanto los partidos como gente independiente que colaboran en las campañas reciben donaciones de empresas y personas naturales que sirven de complemento al financiamiento público.


¿Qué los motiva?


Para Lorenzini, la primera vez en que un candidato se presenta a un cargo se conjugan muchas cosas. Entre ellas, el entusiasmo, el ego, tratar de lograr un posicionamiento en un conglomerado político y, además, "hay muchos amigos que te impulsan". Sin embargo, reconoce que la segunda vez sí se hace un cálculo económico. "Es un buen trabajo, con una buena remuneración y en ese sentido es rentable", comenta el diputado por San Javier y Constitución. Para otros, la plata ha pasado definitivamente a un segundo plano. "Yo no hice ningún cálculo económico, pero el saldo ha sido totalmente positivo a favor mío. Hoy día estoy agradecido de que me hayan obligado a presentarme", precisa Roberto Fantuzzi (RN), competidor por el sillón senatorial de Santiago Poniente.


Según los cálculos de los aspirantes a senadores y diputados, una campaña "normal" cuesta entre $50 y $60 millones. No obstante, si se debe competir con un "gigante" la cifra puede ascender fácilmente a los $100 millones. "Aunque todos digan que hacen una campaña con $5 millones, eso no es cierto", afirma categórico Lorenzini. Es por ello que se requiere, a su juicio, hacer un cálculo afinado y ver cómo se puede financiar un crédito para no terminar en la calle por la campaña.


Arturo Longton (RN), candidato a senador por la IV Región, asegura que "jamás" hizo un cálculo económico. "Después de 16 años en la Cámara de Diputados yo no iba a la reelección", asegura. Sin embargo, el partido le pidió que se presentara como candidato a senador. "Les dije que no tenía recursos, me prometieron una plata y el tema de la plata ha sido a medias", señala. También explica que en los próximos días deberá enfrentar una serie de pagos, por lo que espera que el partido cumpla sus compromisos.


"Están a la espera gente que trabajó en la campaña, está el tema de los apoderados de mesa y su almuerzo para el día de la elección, los vehículos que se utilizaron", enumera Longton, quien deberá asumir un préstamo bancario si el partido no le asigna recursos. "Siempre te prometen el oro y el moro y uno se embarca y ahí quedas. Yo he cumplido. He andado en mi auto más de 20 mil kilómetros desde el 1 de septiembre a la fecha", dice.
Gasto electoral: Sumas no despreciables...


Según el segundo monitoreo al gasto electoral de la Corporación Participa, los presidenciables Sebastián Piñera, Michelle Bachelet, Joaquín Lavín y Tomás Hirsch han gastado $196, $74, $66 y $11 millones, respectivamente, entre el 14 de octubre y el 4 de diciembre.


Los senadores, en tanto, no se han quedado atrás.


Según el mismo catastro, los candidatos a senadores por Santiago Poniente han gastado sumas considerables: Jovino Novoa (UDI) ha desembolsado $53 millones, Andrés Zaldívar (DC) $44 millones, Roberto Fantuzzi (RN) $24 millones y Guido Girardi (PPD) $14 millones. Por la circunscripción Santiago Oriente, en tanto, la candidata Lily Perez ha gastado $52 millones, Pablo Longueira (UDI) $40 millones y Soledad Alvear (DC) $22 millones. "SIEMPRE te prometen el oro y el moro y uno se embarca y ahí quedas", cuenta un candidato sobre el apoyo de terceros a las campañas. UNA CAMPAÑA "normal" cuesta entre $50 y $60 millones. Si se debe competir con un "gigante" la cifra llega fácilmente a los $100 millones.


Esto es un aporte del El Mercurio de Santiago.
Pablo Ramírez Torrejón (PD)
]]>
Anonymous Anónimo]]> Estas referenciado aquí Las elecciones en Chile y los Blogs. y aquí Elecciones en Chile - punto de vista argentino.]]>